Desde una visión Runner Pro, la comodidad no es una sensación blanda ni un “se siente rico al ponértelo”. La comodidad real aparece cuando el cuerpo deja de pelear con el tenis y simplemente corre. Y ahí es donde los Vomero Plus están jugando en otra liga.

Lo primero es la espuma. No es solo suave: es inteligente. Absorbe impacto sin hundirse de más, devuelve energía sin rebotar como trampolín barato y, sobre todo, se mantiene estable cuando el cansancio entra en escena. En rodajes largos —cuando la técnica se empieza a romper— el Vomero Plus sigue sosteniendo el pie. No colapsa, no castiga, no te obliga a compensar. Eso es comodidad avanzada.

Luego está el ride. La transición talón–punta es ridículamente fluida. No hay sensación de “escalón”, ni de empuje forzado. Todo se siente natural, casi invisible. Eso hace que puedas mantener ritmos constantes durante muchos kilómetros sin que el tenis se vuelva protagonista. El mejor halago que se le puede hacer a un par para correr es ese: que desaparezca mientras corres.

El upper también juega clave. Ajusta sin apretar, envuelve sin sofocar. No hay puntos de presión raros ni costuras que empiecen a molestar al kilómetro 12. Es transpirable donde debe serlo y estructurado donde importa. El pie va seguro, pero relajado. Esa combinación es rarísima.
Y hay un detalle que muchos pasan por alto: el balance general. El Vomero Plus no intenta ser el más rápido, ni el más radical, ni el más técnico. Su magia está en que todo está bien afinado. Amortiguación, estabilidad, flexibilidad y soporte trabajan en equipo. Eso es lo que lo vuelve tan cómodo para tantos tipos de runner: desde el que corre diario hasta el que mete fondos largos el fin de semana.

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En este momento están todas las tallas disponibles. Es la apuesta más importante de Nike del momento porque es un par de tenis que lo puede usar cualquier corredor y también porque lo puedes usar en todo momento sin ser deportista.

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